Regresa a la escena virtual tras superar un cáncer de colon. Y lo hace con otros intereses: creó un equipo solidario y termina de redondear un unipersonal "ácido" con mensaje esperanzador.
Aún no había terminado la última temporada ni la cuarentena había llegado para quedarse y para él ya empezaba otra historia. Dejó abruptamente la obra “Mentiras inteligentes” junto a Nora Cárpena y Arnaldo André y partió a Buenos Aires por un cáncer de colon que lo metió en otro universo. Era el 9 de marzo y él lo anunciaba en un video por Instagram.
“Pasé meses de un poco de angustia y dolor”, confiesa Fede Bal a LA CAPITAL, ya lejos de esa instancia, acaso más reflexivo y con ideas nuevas. “Esto que me pasó es un trance, un aprendizaje, uno no tiene que cuestionarse por qué sino para qué” pasó, consideró el actor.
“Yo sentía que me tenía que operar, es una alegría muy grande saber que con el tratamiento que hice alcanzó y no tuve que operarme, es una alegría para mi y para mi familia y para todos”, dijo. En julio pasado anunció que el tumor no estaba más y que se había curado.
Además de refugiarse en el amor de su novia, de su madre Carmen Barbieri, en su perro, de encontrar paz en la naturaleza y en la música (se armó un estudio de grabación en su casa), el actor empezó a escribir, un poco para exorcizar miedos, otro poco convencido de que su experiencia puede ayudar a otras personas.
“Sí, empecé a escribir, estos meses escribí mucho, estoy por armar un unipersonal, por sacar una obra en streaming, está bueno porque hablo mucho de la enfermedad, del miedo a la muerte y de otras cosas que empezaron a aparecer en mi vida. Armé un show ácido con todo lo que nunca dije, con momentos intensos, hablo del cáncer, del tratamiento, con una visión desde el humor y de superación, será interactivo”, contó el actor, que planea el “estreno” para el 18 y 19 de septiembre y quiere llamarlo “Late Night Yo”.
-Cuando te preguntás para qué apareció el cáncer, ¿qué respondés?
-Yo creo que hay cosas que tengo que aprender y seguir aprendiendo, que tengo que empezar a ver la vida de otra manera y aprender a ver las cosas desde otro lugar. Antes me hacía mucha mala sangre por cosas que no valen la pena. Me preocupaba por boludeces, me angustiaba por estupideces, hoy le doy bola a las cosas pequeñas de la vida. Me conecto más con la naturaleza, con las plantas, con el disfrutar un poco más de la vida y del día a día. Pienso que hay que ser feliz con menos.
-La competencia, los medios de comunicación, tu exposición… ¿te movés en un ambiente que es tóxico?
-No para nada. Es el medio en el que me crié, es un medio difícil, pero todos los ambientes son difíciles. Yo soy un tipo más que agradecido más allá de que a veces he tenido algún que otro conflicto en la tele o alguna que otra discusión. Soy muy agradecido de lo que la tele nos dio a mi y a mi familia, no tengo una crítica muy marcada. Este medio me dio todo a mi y a mis viejos, nos dio alegría, trabajos, dinero, una profesión, una vocación. Y además cuando conté lo que tenía, lo único que pasó fue amor y no para de llegarme amor de gente que conocía y que no conocía. La verdad es que fue todo muy loco, el amor de mis colegas, de mis compañeros, eso es importante.
-¿Hiciste una búsqueda más espiritual a partir de esta experiencia?
-Sí, obvio. Yo era un tipo muy cerrado y esto me hizo abrir la cabeza un montón. Hice sesiones de biodecodificación, que conecta las enfermedades y cómo están relacionadas con temas no resuletos, con momentos y angustias que uno no puede superar. Abrí mi cabeza bastante y empecé a ver la vida de otra forma, de una forma más abierta y no entendiendo que uno más uno es dos, sino que puede ser tres o cuatro.
-¿Cómo surgió el Team Solidario?
-Sentí que tenía que dar. Cuando conté mi caso empezaron a llegarme miles de mensajes de gente agradecida, de gente a la que le di esperanzas, de gente a la que le abrí los ojos para hacerse un estudio a tiempo. Me empezó a asombrar el alcance y la llegada y fue la idea de no quedarme solo con eso, sino de poner manos a la obra. Armé un grupo de amigos y esto se despertó con Dieguito que es un chico de Gonzalez Catán al que le llevé unos muñequitos de Toy Story. Eso me mató de amor, porque yo tenía algo que el pibe iba a usar mucho más. Entendí que está bueno despojarse de cosas que uno tiene y así creamos este equipo solidario, se llama Team Solidario. Conectamos con gente que quiere dar y con otra que quiere recibir. Empezaremos por el día del niño y entonces estamos trabajando en una acción que se va a hacer el día del niño con famosos involucrados. La verdad es que estoy muy feliz, es una necesidad de hacer bien que tal vez me la dio el tratamiento, tal vez me la dio esta forma de sentir que la gente necesita un poco de nosotros, es un momento de ayudar, además tengo todo para poder hacerlo. De a poco se va a convertir en una organización que va a ayudar en muchas causas.